Descripción
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Cuando en meditaciones dulces y silenciosas
evoco los recuerdos de las cosas pasadas,
suspiro por la ausencia de tantas que he anhelado
y pierdo el tiempo en nuevas quejas por viejos males;
se me inundan los ojos, poco dados al llanto,
por amigos que esconde la muerte en noche eterna,
vuelve a llorar mi herida de amor antes cerrada
y lamento los costos de tanta imagen ida.
Así puedo afligirme por remotos agravios
y vuelvo, pesaroso, de desgracia en desgracia,
a echar la triste cuenta de penas ya penadas
y la vuelvo a pagar, como si aún la debiera.
Pero, querido amigo, si entonces pienso en ti,
recupero mis pérdidas y se acaban mis males.
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