Descripción
El coche
se ha llevado mi última moneda.
¿A qué hora sale el tren para Marsella?
París
me acompañaba
con toda
su inverosímil belleza
despidiéndome.
El barro
de la despedida
ensombrece mis ojos.
Mi corazón sentimental
me estremece.
Hubiera querido
vivir
y morir en París
si no hubiera existido
esa tierra:
Moscú.
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