Descripción
Montoro a una dama fermosa
No lo consiente firmeza
ni lo sufre piedad:
convidar con la belleza
y despedir con la bondad.
Como los mal caminados
siguen a tino de lumbre,
así van los libertados
a vos dar su servidumbre;
y apenas vuestra belleza
les ha dicho: «Reposad»,
cuando les dice nobleza:
«Andad, amigos, andad.»
Valoraciones
No hay valoraciones aún.