Descripción
Morandi
Una lámpara. Un vaso. Una botella.
Sin más utilidad ni pertenencia
que estar allí, que dar a la consciencia
un soporte casual. Más no la huella
del hombre que la enciende o que los usa
para beber: todo ha sido blanqueado
o cubierto de cal, y nada acusa
abandono, descuido ni cuidado.
Sólo la luz es familiar y escueta,
el relieve eficaz; la sombra neta
se alarga en el mantel. El día quedo
sigue el paso del tiempo con su vaga
irrealidad. La tarde ya se apaga.
Los objetos se abrazan: tienen miedo.
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