Descripción
SIN FRUTO
Las mujeres del oeste no llevan velo.
Las mujeres del este se lo quitan.
Quisiera esconder mi rostro bajo un velo oscuro;
pues ya no es agradable a la vista, ya no es hermoso, está grisáceo, agrietado, como las piedras de un fuego exangüe, frío.
Mis cabellos, espolvoreados de ceniza.
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