Descripción
LA CANCIÓN DEL AYA
Cuando escucho a los niños en el campo
y su risa resuena en la colina,
mi corazón descansa en su morada
y todo yace inmóvil.
«Niños, volved a casa, que el sol se ha puesto
y la noche se puebla de humedad;
volved, volved, dejad ya vuestros juegos,
hasta que el alba vuelva a nuestros cielos».
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