Descripción
Misterio: ven…
Ven, oye, yo te evoco.
Extraño amado de mi musa extraña,
Ven, tu, el que meces los enigmas hondos
En el vibrar de las pupilas cálidas.
El que ahondas los cauces de amatista
De las ojeras cárdenas…
Ven, oye, yo te evoco,
Extraño amado de mi musa extraña!
Ven, tú, el que imprimes un solemne ritmo
Al parpadeo de la tumba helada;
El que dictas los lúgubres acentos
Del decir hondo de las sombras trágicas.
Ven, tú, el poeta abrumador, que pulsas
La lira del silencio: la más rara!
La de las largas vibraciones mudas,
La que se acorda al diapasón del alma!
Ven, oye, yo te evoco,
Extraño amado de mi musa extraña!
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