Descripción
Y POCO a poco el sol, en su dominio,
se adueñó de las aguas, y dio sombra
a la espuma, creó la oquedad de las olas.
Desplomadas, las olas repentinas
saludaban al sol, y renacían.
Altas lumbres danzaban en el mar estival.
Los dioses sonreían en las aguas brillantes.
No mueran esos dioses. Que sonrían,
en lo eterno, y el mar sea su sonrisa.
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