Descripción
Cuando usted ve a un loco, ¿qué es lo que le produce la sensación de locura más terrible? ¿Acaso la dilatación de las pupilas abstraídas, que no se detienen en ningún detalle y están vacías? ¿O la insensatez de sus palabras, porque cuando se dirige a usted el loco no se considera en su compañía, en la de su persona, como si quisiera ignorarla, y no le interesa en absoluto su presencia? Del loco nos da miedo, fundamentalmente, la absoluta indiferencia que muestra por nosotros. No hay nada más terrible para un hombre que otro hombre que prescinde completamente de él. El fingimiento cultural, la cortesía, adquieren un profundo sentido porque con su ayuda subrayamos a cada minuto el interés por los demás.
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