Descripción
Hazme llorar más
El rojo arrepentido que dejaron tus labios
sobre mi boca ávida, como máscara irónica,
aun me evoca, Fuensanta, un rumor de astrolabios,
y me habla de una vaga bohemia babilónica.
Yo sentí el microscópico latido de tus células
y vi, como vio el santo varón desde su ermita,
la eléctrica perfidia de inocentes libélulas
empujarme hacia el Mal como a la Sulamita.
Mi pacata ilusión busca en vano el consuelo
en tu mirada insólita de virgen provinciana:
pequé, y hoy sólo atruena mi corazón en duelo
el macabro placer que la carne desgrana.
(De Emérita provincia, 1912)
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