Descripción
La primera criatura en huir del exceso de austeridad de Martí no fue un ser humano sino una araña, , y el primero en reconocer que a la araña no le faltaba razón fue el propio Martí, que lejos de permanecer sentado ante la visita del animal decidió, cortés, ponerse en pie, sin percatarse de que al hacerlo la lobreguez de su ropa se magnificaba y hacía más amenazador el bulto de su persona.
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