Descripción
PARTO
Empujo y empujo pero, en lugar del bebé prometido en la ecografía, una niña Pinocho se desliza entre mis piernas. Tiene una nariz elocuente. El cordón umbilical es una maraña de cuerdas de marioneta. Los médicos empiezan a jugar con ella. Dicen: “¡Mirad! ¡Está sana! ¡Puede bailar!”. Trato de que la pequeña Pinocho no perciba el desencanto de su madre cuando los doctores la arrojan a mis brazos. Echo una mirada a sus frágiles ojos y toco la línea de pintura que se dibuja en su sonrisa. Desearía ser una madre de verdad.
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