Descripción
Viejo topo*
¿Qué había de extraño? No me gustaba el cielo,
Así que decidí vivir solo y en la oscuridad.
Mis manos se volvieron aptas para excavar,
Cóncavas, curvas, pero sensibles y fuertes.
Ahora navego insomne
Imperceptible bajo los prados,
Donde jamás siento frío ni calor
Ni viento lluvia día noche nieve
Y donde los ojos ya de nada me sirven.
Cavo y encuentro suculentas raíces,
Tubérculos, húmedos troncos y moho,
Y si una roca me ahoga el camino,
La rodeo con esfuerzo y sin prisa,
Porque siempre sé a dónde quiero ir.
Encuentro lombrices, larvas y salamandras,
Una vez, una trufa,
Otra, una víbora, sabrosa cena,
Y tesoros sepultados por no sé quién.
En otros tiempos iba tras las hembras,
Y cuando las oía rasguñar,
Cavaba un túnel hacia ellas:
Ya no; si la escucho, desvío el rumbo.
Pero bajo la luna nueva me lleno de vida,
Y entonces, en ocasiones, me divierto
Apareciendo de pronto para espantar a los perros.
25 de Septiembre de 1982
* Cfr. Hamlet, Prince of Denmark. Acto I, Escena 3 («old mole»).
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