¿Pero cómo mencionar sin etiquetas a una poeta contestataria, homosexual –pero con numerosas relaciones heterosexuales–, madre soltera, afro, nacida en el barrio de Harlem, Nueva York, en 1934? Tal vez resulta ser una pregunta demasiado retórica para una poeta de la periferia cultural de entonces como Audre Lorde, porque sí que existe, por supuesto, una palabra que la define más que cualquier otra: resistencia, poeta de la resistencia.
Como dice Michel Lobelle en su prefacio, «en todas las categorías, por minoritarias que fueran, era una forastera […]»; incluso dentro de esa diversidad era «una minoría más en el grupo: en el movimiento feminista era negra, y se encontraba con que el racismo condicionaba la mirada y la actitud de las mujeres blancas; en el movimiento de liberación negra era mujer, así que tenía que sobrevivir al machismo de sus compañeros; además, era lesbiana, y esto despertaba reticencias y rechazos en ambos movimientos; y su pareja era blanca, lo que conllevaba un cuestionamiento racial de las compañeras que aceptaban su sexualidad; y era madre y eso rompía con los patrones heteropatriarcales de la crianza».
Junto a Angela Davis, Audre Lorde es considerada una de las figuras más sobresalientes del movimiento feminista afroamericano, y junto con su amiga Adrienne Rich y Marilyn Hacker se habla hoy en día de tres importantes poetas estadounidenses que son, al mismo tiempo, tres de las columnas del canon de la teoría feminista contemporánea.
A quien le interese por saber más de estas autoras, lo remitimos a la emblemática entrevista de Adrienne Rich a Audre Lorde del 30 de agosto de 1979, por encargo de Marilyn Hacker, editora de Woman Poet: The East (Women-In-Literature, Reno, Nevada, 1981): Una entrevista: Audre Lorde y Adrienne Rich. Asimismo, puede ser de interés el artículo de Lisa L. Moore Sister Arts: On Adrienne Rich, Audre Lorde, and Others que reflexiona acerca de las tres autoras mencionadas y la citada entrevista.
Memorial II
[1976]
Genevieve
¿qué estás viendo
esta mañana en mi espejo
escrutando por detrás de mis ojos
como un pájaro hambriento?
¿Estás buscando la forma de la chica
a la que menos me parezco
conforme pasa el tiempo
o acaso recuerdas que yo
no podía aceptar que tu cara se muriera?
No te conozco, ahora.
pero estoy segura de que tú visión
fue más fuerte que la mía.
Genevieve, dime
¿dónde deambulan
las chicas muertas
cuando su verano termina?
Ojalá pudiera verte otra vez
incluso lejos de mí
como un pájaro
volando hacia el sol
tus ojos
me ciegan Genevieve
Un niño guiará
[1968]
Tengo un niño
cuyos pies son ciegos
en todos los caminos
salvo en silencio.
Tiene mi niño
bonitos labios sonsos
pero hacia el sol
no encuentra su camino.
Y yo ya he crecido
más allá del conocimiento.
Para cada una de vosotras
[1973]
Sí quién eres y serás
aprende a apreciar
el bullicioso Ángel Negro que te lleva
arriba un día y abajo otro
protegiendo en lugar de dónde surge tu potencia
fluyendo como sangre caliente
del mismo manantial
que tu dolor.
Cuando tengas hambre
aprende a comer
lo que sea que te sostenga
hasta el día siguiente
pero no te dejes descarriar por los detalles
simplemente porque los vives.
No dejes que tu cabeza
niegue tus manos
cualquier memoria que pase a través de ellas
ni tus ojos
ni tu corazón
todo puede ser usado
excepto los desperdicios
(tendrás que recordarlo
cuando se te acuse de destrucción).
Incluso cuando son peligrosas
examina el corazón de esas máquinas que odias
antes de descartarlas
y nunca plañas la carencia de su poder
no vaya a ser que te condenes
a revivirlas.
Si no aprendes a odiar
nunca estarás
lo bastante a solas
para mar sencillamente
ni serás siempre valiente
aunque no se vuelva más fácil.
No finjas creencias oportunas
incluso cuando son justas
no serás nunca capaz de defender tu ciudad
mientras vociferas.
Recuerda que nuestro sol
no es la estrella más destacada
sino la más cercana.
Respeta cualquier dolor que traigas de vuelta
de tus sueños
pero no busques dioses nuevos
en el mar
ni en parte alguna del arcoíris.
Cada vez que ames
ama profundamente
como si fuese
para siempre
solo que nada
es eterno.
Habla a tus hijas con orgullo
dondequiera que las encuentres
explícales
que desciende de esclavas
y que tu madre
fue una princesa
en la oscuridad.
Audre Lorde
Entre nosotras. Una antología
Edición de Michel Lobelle
Madrid
Visor Libros, 2019
108 pp.