LLa ciudad de Barcelona ha perdido a uno de sus más originales habitantes: un artista con apariencia de bohemio, pero con un orden riguroso, pulcro, en su hábitat y en su arte. Persona íntegra, dedicada a una sola cosa, durante más de sesenta años: crear. Con la palabra, con la imagen, con la forma. Escribir, dibujar, pintar, esencialmente. Pocos seres más originales en sus trazos y en su vida. Pocos con una imaginación más libre, ni más críticos con la realidad circundante. La Pocos, también, más dados a darse, a entregarse cuando se trataba de justicia social, poesía o arte. Hablo de Antonio Beneyto, un ser generoso, noble, de mente abierta, leído, que desde una postura autodidacta inicial puso un estilo a su propia forma de vivir y crear y no se concebía a sí mismo de otra forma sino como un creador. Un creador postista. Con su escritura, su pintura, su escultura, llenó galerías, portadas, carteles, actos, antologías, libros, páginas de revistas.

   BENEYTO: Nina Hagen y yo

Desapareció el pasado 23 de octubre, afectado de covid, y esperaba que la misma prensa de la ciudad que comentó sus obras, o donde escribió, señalara su pérdida, como varios lo han hecho. Yo le había dicho: cuanto te mueras ya serás de otra parte. Él también lo había previsto y en la portada de su antología literaria, puso encima de su foto de vivo, una foto de muerto. Las dos en tonos oscuros. El Beneyto que era, abajo, mirando al Beneyto que sería, arriba. Una reflexión negra, simbólica, digna de los maestros del Barroco: Velázquez o Zurbarán. Mientras tanto, le dio por imaginarse un artista suicida, y escribió un libro y una serie de textos en La Vanguardia con el título: Diario del artista suicida. No se suicidó Beneyto. Antonio Beneyto sólo se desdoblaría, como dijera Adriana Hoyos en su vídeo sobre él. Era demasiado vital, como Alberti o Picasso. Quería ser eterno, pero lo quería serlo por su obra. A la muerte tampoco le temía: le parecía aburrida y mediocre.

Antonio Beneyto Senabre (Albacete 1934-Barcelona 2020) no fue un autor cualquiera: fue un hacedor poliédrico, como he dicho otras veces, que manejó distintas artes, sin perder la impronta de su estilo. Fue un narrador original, creador de cierto realismo objetivista o simbólico, en sus novelas iniciales, como La habitación, como vio José Domingo, que lo recogió en La novela española del siglo XX (II) y luego creador de un realismo fantástico, una escritura surrealista, expresionista, postista, onírica, lúdica, como en Los chicos salvajes y en Algunos niños, empleos y desempleos de Alcebate. Un postista único, pues como dice Joaquín Marco: «la mayor parte de los postistas abandonaron pronto su posición y se asentaron en otras actitudes, pero Beneyto ha seguido fiel en su espejo». Fue creador de poemas en prosa y en verso, de toque vanguardista, aforístico y fílmico, como Textos para leer dentro de un espejo morado, Un bárbaro en Barcelona, Tiempo de quimera. Fue creador de obras ensayísticas, antológicas, epistolares, diarios, libros de viaje, como Escritos caóticos, Censura y política,  Cartas apócrifas, o Còdols en Nueva York, Dos letras (de Alejandra Pizarnik). Siempre tenía un proyecto entre manos.

Además, fue pintor y dibujante, de lo que realmente vivió, con una larga andadura surrealista, a la vez que escultor dentro de una línea postista (objetos postistas), con exposiciones en diversos países, cruzando diversas épocas, negra, azul, colorista, como se advierte en sus dos grandes libros-catálogo: Beneyto, creador postista y Los cuerpos Imaginarios. Obras que presentan sobre todo un mundo de figuras y objetos alucinados, con frecuencia cercenados, o en grito, como el Guernica, pero también con momentos y trazos felices con un bello colorismo de verdes, azules, amarillos. Beneyto fue también editor y difusor de la cultura, desde sus colecciones de La Esquina o de la Biblioteca Íntima, desde su pertenencia a la Asociación de Escritores (ACEC) o desde de la revista Barcarola, a cuyo equipo perteneció. Él fue, por ejemplo, el primer editor de Alejandra Pizarnik en España (Nombres y figuras, El deseo de la palabra) y el editor primero de Del no mundo (aforismos), de Juan Eduardo Cirlot. La más completa antología de su obra literaria es El retorno de Antonio Beneyto y la mayor selección de textos críticos sobre su obra es Beneyto, hacedor poliédrico (monográfico de Barcarola). Pero también está recogido en selecciones como Història de l´art català (1996), Antología de poesía postista (1998), Antología del microrrelato español  (2012), Hijos del caos (2019). Participó, además, como actor en dos obras fílmicas sobre su arte: Beneyto desdoblándose y Amphitrite dans Rull.

Beneyto empezó su trayectoria literaria ya en su ciudad natal, Albacete, donde despertó a la escritura con los Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío, y con el apoyo y admiración de de profesores y amigos, como Francisco Pérez, Victoria Gotor y Ramón Barce. Luego marchó a Palma de Mallorca, donde se relacionó con el grupo de la revista Papeles de Son Armadans: Camilo José Cela, A. F. Molina, Cristóbal Serra, entre otros. Especialmente con A. F. Molina, secretario de la revista, quien le formó en surrealismo. Y después se afincó en Barcelona en cuyo Barrio Gótico vivió hasta el final, y desde donde contactó con importantes intelectuales y creadores, en particular de España y de Hispanoamérica, escritores de distinta índole, especialmente, surreal, postista, experimental, beat, hiperrealista, objetivista, contracultural, crítica, mágica, fílmica: Juan-Eduardo Cirlot, Joan Brossa, Raúl Nuñez, Roberto Bolaño, Arnau Puig, Julio Cortázar, Alejandra Pizarnik, José Corredor-Matheos, Josep Vallés Rovira, Joan Perucho, Enrique Badosa, Juan Marsé, Manuel Andújar, Guillermo Díaz Plaja, Alonso Zamora Vicente, Joaquín Marco, Ricardo Senabre, Javier Lentini, Pere Gimferrer, Wislawa Szymborska, Carlos Edmundo de Ory, Silvano Sernesi, Fernando Arrabal, Guillem Viladot, José Agustín Goytisolo, José Luis Giménez Frontín,  Manuel Vázquez Montalbán, José María Nunes. Y lo hizo, sobre todo, a través de sus exposiciones, sus ediciones, su participación en revistas,  y en selecciones como Una antología de narradores, Narraciones de lo real y lo fantástico, o Censura y política en los escritores españoles, 16 poetas polacos, Poetas griegos. Todos ellos le dieron un espacio a su amistad y su arte. Y también obtuvo la amistad y admiración de otros autores más jóvenes: Albert Tugues, Bruno Montané, Luis Alberto Cuenca, Enrique Granell,  Irene Andres-Suárez, David Castillo, Juan Manuel Bonet, Juan Bravo, Carmen Riera, Neus Aguado, Carmen Borja, Gemma Ferrón, Carlota Caulfield, Ricard Ripoll, Tesi Rivera, Tomás Paredes, Amador Palacios, Isabel Navas Ocaña, Francesc Cornadó, Raúl Herrero, Charo Mur, Adriana Hoyos, Silvia Rins, Roser Amills, Judith Vizcarra, Cris Mateo, Óscar Esquerda, Esther Lapeña, Alexia Sinoble, Iris Parra… Algunos de ellos fervientes y fieles seguidores.

Beneyto ahora se ha ido. Era seguidor de Lautréamont, Michaux, Catulo, Macedonio Fernández, Chicharro ¿El último postista?, no; pues se ha regenerado el postpostismo. Pero sí una forma de ir libre por el mundo y por el arte. Una forma de ser absolutamente libre. Y esto, esto sí que se ha perdido. Se fue, y nada sabemos aún de qué será de su obra. Aquella que desde el Barrio Gótico se fue alzando como una de las verdaderamente originales de su medio y su momento. ¿Dónde acabará la interesante biblioteca, con su excelente colección de libros, muchos de ellos dibujados, y la multitud de papeles literarios? ¿en qué biblioteca? ¿A dónde irán sus cuadros, cerámicas, dibujos, sus objetos escultóricos? ¿Dónde se le hará el merecido homenaje? ¿En qué plaza se ha de reproducir aquella escultura suya, que estaba esperando hacía años? ¿Habrá un espacio para su obra antes que se disperse, se pierda? Aunque nos estemos acostumbrando tanto a la muerte cada día, no podemos dejar que vaya al olvido un gran artista.

 

ANTOLOGÍA DE TEXTOS, 1

(Del libro El retorno de Antonio Beneyto, 2017. Ed. Jaime D. Parra)

DE UN BÁRBARO EN BARCELONA (2009)

Un bárbaro en Barcelona (Henri Michaux)

11

Siete miradas construyendo una parábola desde el Mediterráneo hasta el lejano Oriente: Asia y H.M.

12

Se miran, admiran, no caminan, mientras se ruborizan de plata viendo el namurense fotografiarse desnudo en la habitación oscura.

13

Henri Michaux busca en el cielo el ojo que perdió el personaje. O acaso le traicionó el lenguaje y quiso decir extravió.

14

Michaux se oculta detrás del cuerpo de doble cabeza mientras mi trazo me hace olvidar algunas extremidades.                                                                                                                                                                                                        ¡Ay!

15

Por los agujeros del hermafrodita brotan las palabras del poeta y se arrugan, arrugan, debajo de las plumas.

16

Contracorriente el poeta tiene el deseo de alcanzar el gesto desgarrado, solo el gesto que el creador ha trazado en la obra de su Retrato múltiple.

 

Un postista en el gótico (Antonio Beneyto)

Deformaciones

1

Transformado en A
con la letra al borde,
al borde de la letra.

2

Con una soez pedrada
en el ojo izquierdo
y saliendo del cajón.

3

Escondido en el óvulo
del panal: esperando.
Esperando, sin esperar.

4

La corbata italiana
se estira, se estira
con maligna intención.

5

Erecto, rígido
por el cubre-cama
de la imaginación.

5

El cuerpo escondido
debajo el sombrero:
mientras él ríe, ríe, ríe.     

           8

Mirándonos: sin brazos.
Con la memoria en el niño
que fue en otro tiempo.

 

DE ALGUNOS NIÑOS, EMPEOS Y DESEMPLEOS DE ALCEBATE (1974)

NIÑOS-1

Aquel niño que había nacido sin padres en vez de uñas tenía flores y por esto se las comía.

Aquel niño en vez de ojos usaba faros de automóvil porque había nacido en el año 5000.

Aquel niño recordaba a sus padres (¿?) en la cárcel y entonces veía una gran pared blanca cruzada por una raya negra.

Aquel niño para consolarse vivía en un ataúd y coleccionaba círculos rojos, azules, verdes y maravedís de oro.

NIÑOS-VIII

El poeta vivía en un mundo de plantas y de ramas y apenas recordaba que tenía dos hijos. Él siempre andaba dedicado a su empleo:

Rana Goliat, rana ardilla arborícola que te comes las plantas de mis pies

Ranas de San Antonio o hilillos que saltáis flexiblemente a mi corazón

Y mientras sus hijos hacían ingenuos dibujos en el balcón y luego los vendían a los paseantes de aquel barrio por un adiós o por un cómo está vuestro padre el poeta. Y ellos se quedaban tan orondos y satisfechos, pues de esto sobrevivían.

 

DE ESCRITOS CAÓTICOS (2009)

HENRI MICHAUX
EL HERMITAÑO O EL DE INMENSAS MINORÍAS

Michaux no quiere, no pretende romper el espinazo al vocablo. Él escribe para llegar: ¿llegar adónde? A ninguna parte, como apunta Octavio Paz, que es todas partes y aquí. Lenguaje –vehículo, pero también lenguaje-cuchillo y lámpara-minero. Lenguaje-cautiverio y lenguaje-venda, lenguaje-bruma y sirena entre la bruma.

 

DE CARTAS APÓCRIFAS (2013)
CARTAS A ENERI

Lausanne, diciembre 1979

Eneri, Eneri, Eneri…

Fuera todo nevado.

Esta semana me caían los copos sobre mi sombrero negro, sobre mi barba negra, sobe mi traje casi negro…Me llegaba la música de una habitación lejana. Me llegaba Barcelona. Me llegaban muchas cosas que ahora con las palabras no sería posible expresar.

Ya ves, no tengo postal con paisaje al atardecer.

Ya ves, todas las postales de esta Suiza las encontré terriblemente feas y prefiero que te llegue mi yo en estos papelitos que arranqué de un cuadernillo perdido en una casa. Qué paisajes tan sorprendentes estoy viendo. Paisajes que ya vi y que sin embargo siempre son nuevos.

Eneri, Eneri, Eneri…

Alguien baila en tu pupila, alguien quiere sacar la mota indiscreta que se coló en ella. Ahora quisiera volar contigo y beber, ahora, o tal vez más tarde, esa copa de champán que a pesar de todo, voy a beber contigo, conmigo, contigo…

Eneri, Eneri, Eneri…

Qué agradable este frío. Qué agradable esta nieve que me traslada a mi niñez, a mi adolescencia de juegos puros-prohibidos (¿auténticos?) que ahora, cuando el tiempo éste se fue, pero no, está (aquí, contigo, conmigo) y aún así lo siento tan aquí tan conmigo, contigo. Sabes por qué, porque sigo igual, como entonces, como cuando nos vimos (tú y yo) en los vientres de nuestras madres. ¿Te acuerdas?

No sé cuándo vas a leer esto. Tampoco sé si lo leerás. Tampoco sé si tus ojos son como son.
Escribo sobre un libro y la portada es un ojo de Dalí-

 

Primera

Tengo miedo, mucho miedo, de mis palabras. Quisiera ser decidido, no ocultarme en/con el lenguaje y decir todo lo que realmente deseo. Pero alguien desde los subterráneos me enhebilla fuertemente el pensamiento y entonces sólo se me ocurra decir: -Siento tu guelencha revolotear sobre los silencios que me acorralan.

Anoche quise verte por alguna parte de nuestra ciudad y te vi. Allá donde estaba tu rostro, sólo tu rostro. Me había transformado sin pensarlo en un singular espejero.

 

DE DIARIO DEL ARTISTA SUICIDA (2017)

Extractos de Fragmentos en líneas poéticas

                X

Sin apenas ver
una cucharacha humana. Sigo solo.
En los papeles sólo busco páginas.
Silencio arrollador. Ni
una mosca a plena luz.

Siempre voy allá: siempre
he pensado.

                XI

Todo el día lloviendo.
Una profunda dejadez.
Solo.
Más allá del chapotear de la lluvia.
Mi soledad, mi desamor.

                 XV

Cada día.
Cada momento.
Siempre estuve solo
aún viviendo con Wen.
Cada día, más silencio. Oigo el latido, lo dejo escrito.

                 XXVI

Oigo el amor
pero no lo escucho.
Terrible ¿no?

                XXVII

Estuve sin estar
en el pase. No sé qué
ocurre que no ocurre
nada.
No sé cómo es nuestra
comunicación.
No sé:
una voz, como Wen.

                XXVIII

Sin nadie. Sin nada
que hacer. Si ahora
no me suicido,  no lo
haré nunca.
Una hora y otra,
en silencio, pensando…

                XXXII

El amor huyó. Ella huyó. Huyó.
Sí, huyó
como si de un criminal se tratara,
huyó.

                XXXVI

Es tarde y debo irme.
Espero
que el dolor
me abandone
pronto.
Espero
el momento de los besos.
A lo lejos escuché las campanadas de un reloj.    

                                                                             

DE JÁCARAS PARA DESPUÉS (2015)
DESPUÉS DEL VIAJE

5

Abrí el armario después del viaje y ahí estaban colgando de las viejas perchas todas mis vísceras, haciendo compañía a su ausencia.

Volvía a cerrar.

Pero ahora definitivamente.

 

El retorno de Beneyto (2017)

Dibujos con llagas, 28 (2011) (Tres Punts Galeria).

 

Escultura: El hombre azul (Beneyto, creador postista)

 

 

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